Cuando mis valores chocan unos con otros al intentar avanzar. Y de cómo el perfeccionismo me volvió rígido

Finalmente luego de la pandemia y de la inflación en curso pude conseguir personas que pudieran construir y mejorar mi patio (tenía la idea de plantas, piedras y sendero), mi esposa muy contenta porque ya no habría tanta tierra y nuestro perro un lindo pitbull muy sociable de 1,5 años podría no estar a diario en el barro (no se si era tan buena idea para ella). El asunto es que resultó, todos muy contentos comenzamos a ver cómo hasta en el invierno chileno, pasábamos tiempo disfrutando del lugar. Hasta que el teletrabajo nos envió de vuelta a nuestras horas regulares de trabajo. Para mi sorpresa llegaba del trabajo (el hospital de la ciudad) antes que mi esposa y veía como me recibía con una cara y cola de felicidad nuestro perro, la sacaba de paseo y bien, a los días esa linda carita que me recibía (mi perro) uffffff tenía una sorpresa para mi, los maceteros en el patio las piedras decorativas, las plantas volaban por todo el lugar, ordenaba, limpiaba el patio, regaba y paseaba al perro en silencio y ordenaba el desastre antes que llegara mi esposa para compartir al final del día. Naturalmente habían días donde eran más o menos esas situaciones, pero mi silencio aumentaba, la distancia también (mis pensamientos me decían “no hagas de esto un gran problema, es solo un jardín”, pero sentía la molestia). Mi perro naturalmente me esperaba con cariño, me extrañaba y quería pasar tiempo conmigo (yo ya no tanto) y mi esposa lo notó. Y me puse a pensar “si es un asunto para mí, naturalmente el deseo de mejorar los espacios y de un lindo hogar, fueron abordados por la naturaleza, una naturaleza de 4 patas”). Ya al sentirme rígido y distante, también pensé que dice esto de mi, que tipo de hombre soy en esta molestia (por un lindo hogar, por no poner presión o mantener a mi querido perro distante). Me puse a revisar mis apuntes a ver dónde podía estar este deseo de controlar las cosas y como lo estaba legitimando con mis ideas sobre esfuerzo y mejoras (distanciándose de la idea de que las cosas no son lo que son son lo que somos)..Revise mis apuntes y  justo apareció “la mente abierta revela” y me puse a pensar sobre R-econocer mi secreto deseo de control, el deseo de que mi esposa pudiera ver mis esfuerzos y el deseo de que mi perro no fuera “tan” perro para vivir (eso golpeó mi mente). Lo hable con ella y pude expresar cómo de importante era para mi que mi familia se sintiera cómoda en su hogar y lo que yo estaba haciendo era todo lo contrario, ella me explicaba que podíamos limpiar juntos, que nos podemos turnar y que podíamos buscar una caja con arena para que la naturaleza tuviese su lugar en ese jardín. Sentí que luego de poder indagar en eso, según yo manejar, me estaba vendiendo la idea de mejorar, nada parecido a ello. El avanzar imperfecto, hacer una cosa a la vez y poder abrirme para poder regresar de los límites exigidos, es una tarea que la naturaleza en su amor me explicó con esa incondicionalidad a diario al esperarme con esa linda cara y cola cada día.


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Rodrigo Perales

Psicólogo clínico en la unidad de psiquiatría juvenil hospital gustavo fricke viña del mar chile.